Existen
dos términos que quizá podríamos pensar que significan lo mismo, episteme y doxa, pero el primero se
refiere a verdad fundamentada, sin embargo el segundo se refiere a creencias en
las cuales no hay fundamento. En Grecia la doxa era el conocimiento vulgar u
ordinario del ser humano, no sometido a rigurosa reflexión crítica. La episteme
era el conocimiento reflexivo elaborado con rigor.
Tanto
maestros como alumnos ponemos en práctica la doxa y el episteme, por ejemplo en
la asignatura de ciencias se inicia una secuencia planteándole al alumno una
alguna situación problemática con respecto a fenómenos que suceden a su
alrededor, se realizan preguntas al respecto para identificar lo que saben,
muchas de sus respuestas son doxas; posteriormente se realizan diferentes
experimentos para llegar a entender los conceptos que ya están establecidos por
diferentes científicos, pero cuando el alumno los comprende a partir de la
experiencia, entonces sus conocimientos ya son fundados y son episteme.
Además
es importante diferenciar el significado entre saber y conocer. Saber implica
creencia pero no una experiencia, a diferencia para conocer se tebe tener
experiencia directa de algo.
Con
relación a esto, los alumnos saben que el agua se encuentra en estado sólido,
líquido y gaseoso, pero al realizar experimentos en los que el objetivo es que
identifiquen los cambios de agregación de la materia y al realizar modelos se
dan cuenta también que existen transiciones de fase y que todo ello se debe al
movimiento de moléculas, entonces se está hablando de ir construyendo su propio
conocimiento.
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